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Las Pesadillas: ¿Qué son y cómo interpretarlas?

¿Qué es una Pesadilla?

Una pesadilla es un sueño que tiene la particularidad de conectar con una emoción muy intensa de miedo o terror, generando un despertar abrupto. Luego de este despertar el sujeto se encuentra en estado de alerta. Puede suceder en cualquier momento de la noche, aunque usualmente suceden en el medio de la misma, en la fase REM o en las siestas diurnas.

La etimología de la palabra nos lleva a la antigua grecia, el “pesar” viene de efialtes o el íncubo, ciertas figuras mitológicas que se apoyaban o sostenían el peso sobre el pecho de sus víctimas, provocando el terror de la pesadilla.

En caso de que las pesadillas sean recurrentes, el DSM V la categoriza como un trastorno del sueño. Ahora pasaremos a ver como poder interpretar este tipo de sueños, qué aspectos podemos tener en cuenta para darle un sentido simbólico a la pesadilla y poder generar consciencia.

Cómo Analizar e Interpretar las Pesadillas

Para poder analizar cualquier tipo de sueño, es preciso poder entenderlo de forma simbólica. En caso de que estén buscando los pasos para comenzar a interpretar los sueños, les recomiendo el artículo que escribimos con el equipo de Tu Terapia.

Cómo la pesadilla deberá ser interpretada de forma profunda y simbólica, debemos detenernos en las peculiaridades de este tipo de sueños. En sus símbolos más destacados. En principio, encontramos las siguientes:

- El Despertar
- El Miedo como emoción primordial
- El Contenido Diverso

El Despertar

Podemos decir que la primera peculiaridad que tiene este tipo de sueños es el despertar abrupto. El despertar involucra un movimiento del cuerpo. Un quiebre entre la imaginación y la realidad. Este movimiento que conecta la mente con el cuerpo, debe ser tomado simbólicamente. El cuerpo, nuestros instintos, nuestros afectos, nuestra sexualidad, es algo que cada vez se ha dejado más de atender. La ansiedad, el estrés y la sobrecarga a nivel mental, generan una profunda desconexión con lo más natural en nosotros, el cuerpo. 

La pesadilla por ende, nos estará llevando hacia una abrupta conexión entre lo mental y lo corporal, quedando la persona en un estado de shock y profundo horror.

Aunque esta conexión es una sensación desagradable, al igual que en la vida, las situaciones traumáticas o difíciles nos pueden llevar a una profunda reflexión y reconexión con nosotros mismos. La pesadilla, más allá del contenido, nos puede conectar con lo perdido. A través del miedo, del susto y del despertar, nos devuelve al cuerpo, llevándonos desde la imaginación al despertar y al movimiento, recordándonos que no podemos dejar lo más esencial de lado. En una vida de exigencias, de preocupaciones, recordar que tenemos un cuerpo que atender, deseos, afectos e instintos, es fundamental para contagiarnos de bienestar y equilibrio.

El Miedo

El miedo es una de las emociones que tiene la pesadilla como centro. Desde correr de algún animal o monstruo, hasta caer desde lo alto, estos sueños nos generan miedo y terror. Esta emoción nos puede llevar a la famosa lucha o huída, o en el peor de los casos, a la parálisis total. 

Si vemos el miedo en correlación con las imágenes internas de nuestra mente, podemos preguntarnos: ¿a qué le tuvimos miedo en el sueño? ¿qué hizo nuestro ego al respecto? Detenernos en el objeto imaginado, nos hablará de los contenidos inconscientes que estamos dejando en un lugar sombrío, sin atender. Desde la psicología analítica y el psicoanálisis, sabemos que estos contenidos probablemente tengan una alta carga de angustia. Entonces, gracias al miedo, podemos saber qué nos afecta en lo profundo. De forma simbólica, acercarnos a la sombra inconsciente siempre genera miedo, pero al mismo tiempo, genera transformación.

Por el otro lado, si seguimos más desde una perspectiva analítica, entenderemos que lo que nos generó miedo es parte de nuestra propia personalidad. Jung creía que la sombra generaba cierto miedo y angustia debido a que son contenidos reprimidos de la consciencia. Pero había algo que generaba aún más miedo, y era el arquetipo del ánima. Este arquetipo podría llegar a generar terror o pánico por su energía tan primitiva y poderosa. El ánima nos habla de nuestra interioridad y personalidad más profunda y sensible. Poder relacionarnos con estos aspectos profundos nos llevarán a conectar con nuestro cuerpo, con nuestros sentimientos y con nuestra propia alma.

El Contenido

Las pesadillas más comunes son, estadísticamente, las de ser perseguidos por animales, la muerte de un ser querido o la nuestra y, también, el caer desde un lugar alto. James Hillman propone atender a lo que hacemos en la pesadilla, y así poder hacer consciente nuestra reacción que, usualmente, es huir de la amenaza o atacar lo que nos da miedo en la pesadilla. ¿Qué pasaría si dejamos de correr? ¿Si enfrentamos a nuestro atacante? ¿Si le preguntamos qué quiere?¿Si realmente caemos, nos pasa algo? 

Los sueños tienen una infinidad de desenlaces y ahí también radica su riqueza y su poder transformador. El poder transformar nuestra imaginación, permitirá transformar nuestro instinto, ya que ambos están conectados y, la pesadilla, es un claro ejemplo de esto. Para el autor de la psicología arquetipal el miedo es un llamado a la consciencia. Esto nos quiere decir que, si nos acercamos a los contenidos inconscientes de una forma distinta, nuestra consciencia será transformada. Las sombras rechazadas tendrán algo para para decirnos, algo simbólico que nos permita crecer y desarrollar nuestra identidad más profunda, la que aún, permanece oculta.

Pesadillas: Ansiedad, Estrés y Depresión

Los trastornos de ansiedad usualmente vienen acompañados por distintos tipos de trastornos del sueño, los más comunes entre ellos son, el insomnio y las pesadillas. Ambos tienen al miedo como emoción en común. 

También, es común ver como eventos que nos generaron mucho estrés, se repiten en sueños de formas similares a cómo sucedieron en la realidad. De hecho, uno de los síntomas más comunes en el trastorno por estrés post-traumático, son este tipo de sueños que reviven el episodio, al punto de llevarlo al mismo nivel de intensidad.

Por otro lado, se han encontrado muchas conexiones entre la depresión y el riesgo suicida con la aparición de un trastorno del sueño por pesadillas.

Diferencia entre Pesadilla y Terror Nocturno

Ambos trastornos del sueño son muy diferentes. Aunque ambos están dentro de la categoría de parasomnias, el terror nocturno es un despertar terrorífico donde no se recuerda sueño de ningún tipo. Este despertar es usualmente en fases no REM. Es importante poder entender la diferencia para abordar de distinta forma el tratamiento.

Pesadillas y Mitología

Para James Hillman, los dioses reprimidos volvían como síntomas en nuestra vida diaria. En este caso, la pesadilla convoca, según su teoría, al dios Pan. Este dios proviene de la antigua grecia y se había dado por muerto. Para Hillman, Pan revive en cada pesadilla o ataque de pánico. Este dios nos habla de la naturaleza más instintiva en nosotros. Del pánico o miedo más descontrolado, de la sexualidad, de la masturbación, de la agresividad y de la vida en soledad, carente de amor. Este dios vivía en las cavernas, abandonado y solo, perseguía a las ninfas, asustándolas y buscando aparearse sin control alguno.

Esta figura mitológica nos habla de algo muy reprimido por nuestras rutinas cotidianas y para el autor de la psicología arquetipal, está más presente que nunca. ¿Dónde? En los ataques de pánico, en los trastornos de ansiedad, en la pesadilla y en toda patología que involucre un miedo desadaptativo.

Podemos recordar que este dios salva a Psique, el alma para los griegos. La salva del suicidio a las orillas del mar por un desamor. Podemos decir que el alma sin el instinto es un alma que se deprime, que es carente de vitalidad, por eso es tan importante comprender la profundidad del miedo instintivo y la pesadilla como símbolo.

Haciendo Consciente el Miedo

Poder acercarnos a lo reprimido, a nuestra identidad profunda, es la función principal del miedo. Si el miedo es un llamado de nuestra propia personalidad, debemos relacionarnos de otra manera con el mismo. Querer evitarlo genera aún más sintomatología, más patología y más pánico. Entender el miedo como algo natural, permitirá sentir la emoción, comprenderla y hacerla aún más consciente. 

Sabemos que el miedo siempre aparece frente a lo nuevo, lo diferente. Si entendemos que estamos constantemente cambiando y viviendo lo diferente, el miedo será solamente una compañía y un aviso de transformación. Es por eso que Hillman habla de un llamado a la consciencia y Jung mismo creía que el miedo también era parte del proceso de individuación. Sin miedo, perderíamos el contacto con lo más natural y humano en nosotros.

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