En la actualidad han sido identificados una gran variedad de tipos de trastornos alimenticios. Los trastornos que describiremos a continuación sustentan sus síntomas y aspectos relevantes de acuerdo a la valoración del DSM-V.
La OMS y otras organizaciones relevantes que promueven la salud, han generado alertas acerca de los tipos de desórdenes alimenticios más comunes.
Es importante educarse sobre este tema porque va mucho más allá del deseo de no comer y de lo que esto conlleva.
Tener un trastorno mental alimenticio puede afectar considerablemente la vida de la persona afectada, aumentando riesgos de enfermedades como úlceras gástricas. A continuación, te presentamos información sobre trastornos alimentarios.
Definición de trastornos alimenticios
De acuerdo con especialistas, los trastornos alimenticios se definen como una variedad de enfermedades psicológicas que producen el manejo de hábitos alimenticios negativos. A menudo se relaciona con patrones obsesivos de la conducta.
En cuanto a los síntomas de los tipos de trastornos alimenticios, van a variar dependiendo de la clasificación. Aunque hay algunos rasgos muy comunes que se presentan en varias patologías.
Por ejemplo, es común que un paciente presente una restricción crítica de los alimentos, sobre todo de aquellos que considera que tienen un aumento calórico. Esta situación puede ocasionar que no sean obtenidas las calorías necesarias para el día a día.
Otros síntomas comunes en los tipos de problemas alimenticios, son los atracones de comida o el exceso de ejercicios. Mientras que hay patologías específicas que están más asociadas con la provocación del vómito.
¿Cuántos tipos de trastornos alimenticios hay?
Es importante preguntarse qué tipos de trastornos alimenticios existen, porque suelen asociarse con las enfermedades más comunes. Por ejemplo, estos trastornos muchas veces se relacionan con la bulimia y la anorexia, pero va mucho más allá.
A continuación, describimos algunos de los tipos de trastornos alimenticios que destacan en el DSM-V.
1. Anorexia nerviosa
Es de los tipos de trastornos alimenticios en adolescentes más comunes en muchos países. Aunque se presenta en pacientes muy jóvenes, estando en la adolescencia, también es común su presencia en adultos jóvenes.
De acuerdo con diversos estudios, es una enfermedad que afecta en mayor número a las mujeres que a los hombres. Se caracteriza por inducir pensamientos poco consecuentes con la realidad a los pacientes.
Por ejemplo, una persona con anorexia nerviosa puede tener una imagen de sí mismo con sobrepeso, aun cuando esto no se asocia con su imagen real o que diste mucho de la misma.
Síntomas habituales de la anorexia nerviosa
· Seguimiento de rutinas alimenticias considerablemente estrictas, con un patrón riguroso.
· Obsesión por la idea de ser delgado, incluso al costo de bajar de peso en un nivel poco saludable.
· Sensación de temor y ansiedad ante la idea de aumentar de peso incluso al presentar un índice corporal muy bajo.
· Asociación evidente entre la autoestima y el estándar del peso corporal ideal.
· Imagen del peso corporal distorsionada, incluso al punto de entrar en negación ante las pruebas de presentar un bajo peso.
2. Bulimia Nerviosa
Este es otro de los tipos de trastornos de la conducta alimentaria más comunes en adolescentes y en adultos jóvenes. Una de las principales características de esta enfermedad es que hay una predominancia a comer en cantidades exageradas.
Pero estos atracones de comida se presentan en lapsos específicos de tiempo, y muchas veces solo cesan cuando la persona se siente mal físicamente al tener tanta saciedad.
Algo particular sobre esta conducta es que habitualmente la persona come en exceso alimentos que usualmente evita por su contenido calórico. Por ejemplo, alimentos elevados en sodio o en grasas trans.
Los pacientes diagnosticados con bulimia nerviosa suelen provocarse el vómito con la intención de liberar al organismo de las calorías consumidas luego de cada atracón. Otras formas de eliminar las calorías son a través del ejercicio excesivo o de la toma de laxantes.
Síntomas frecuentes de la bulimia nerviosa
· Secuencia elevada de atracones.
· Evidencia de la falta de autocontrol.
· Influencia clara del peso en la autoestima.
· Temor y angustia ante la idea de subir de peso.
A menudo la bulimia nerviosa también causa síntomas físicos, por ejemplo irritación intestinal, deshidratación o incluso dolor de garganta.
3. Pica
Dentro de los diferentes tipos de trastornos alimenticios encontramos la pica. Se trata de una enfermedad reconocida por la ingesta de elementos que no son de consumo humano.
Por ejemplo, una persona con este trastorno alimentario puede comer en exceso hielo. Pero en casos más serios puede consumir detergentes de limpieza, papel, jabón o incluso tierra.
La incidencia de este trastorno se presenta en adultos y en adolescentes, incluso hay algunos casos en donde sucede en infantes.
No obstante, se observa más en mujeres embarazadas y muchas veces pasan desapercibidos por la creencia de que son simples antojos.
Este trastorno debe ser diagnosticado por un especialista, y es propicio la aplicación de una terapia especializada ya que estos pacientes son propensos a las intoxicaciones.
4. Mercicismo
Aunque no es de los trastornos alimenticios más comunes(de hecho fue reconocido hace poco), es un trastorno interesante y particular.
Se caracteriza porque las personas con Mercicismo se encargan de regurgitar los alimentos que ya masticó y tragó para volver a masticarlos. Luego, la persona puede decidir entre escupirlo o tragarlo nuevamente.
Cabe destacar que este proceso ocurre de forma voluntaria, y por lo general se presenta media hora después de haber comido. Debido a la naturaleza de la enfermedad es propicio recibir una terapia psicológica para tratarla.
A propósito, si te interesa este tema te recomendamos nuestro siguiente post; ¿Cómo saber si necesito ir a terapia?
¿Cómo se tratan los trastornos alimenticios?
Este tipo de enfermedades mentales son realmente perjudiciales, incluso pueden costar la vida de la persona afectada. A menudo se aborda terapéuticamente con métodos de diversos modelos psicodinámicos.
Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual de grupo ha demostrado tener una gran influencia positiva al tratar este tipo de trastornos.
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