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¿Cómo dejar de fumar? 6 Recomendaciones

La mayoría de las personas fumadoras adquirieron el hábito durante la adolescencia, generalmente como forma de pertenecer o ser incluidos en un grupo de pares, también una persona puede ser más propensa a comenzar a fumar si sus relaciones cotidianas como amigos, padres, etc. son fumadores.

No todos los fumadores desarrollan una adicción a la nicotina, ya que algunas personas son fumadoras ocasionales o “sociales”, sin embargo, cualquier persona que comienza a fumar puede hacerse adicto a la nicotina, es más probable que las personas que empiezan a fumar durante la adolescencia generen un hábito, que desencadene una situación de dependencia. 

El humo del tabaco está compuesto por diversas sustancias, entre las que destacan por su peligrosidad y por las enfermedades que pueden causar: 

Alquitranes: responsables de los distintos tipos de cáncer, los más frecuentes son el cáncer pulmonar, de boca, garganta y estómago.
Monóxido de carbono: favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Irritantes (fenoles, amoniacos, ácido cianhídrico): son responsables de enfermedades respiratorias como la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar.
Nicotina: es la principal causante de la dependencia al tabaco. 

Como fumar afecta nuestra salud

Comencemos por conocer la sustancia que genera que una persona no pueda dejar de fumar aunque quiera: la nicotina. Es un estimulante del sistema nervioso central, esto quiere decir que acelera su actividad. Quienes fuman tabaco experimentan diversas sensaciones y cambios en el estado del humor como placer, disminución del enojo o ira, y la tensión. Relajación, en particular en situaciones estresantes o que causen ansiedad. Muchos fumadores afirman que fumar mejora su capacidad de concentrarse, sin embargo esto se debe a esta sensación de relajación, que permite centrar la atención. 

La dependencia a la nicotina afecta el comportamiento de la persona, su estado de ánimo y sus emociones. Muchos fumadores consideran que el tabaco les ayuda a manejar sensaciones y emociones desagradables, lo cual puede resultar en un obstáculo a la hora de intentar abandonar el hábito.

¿Qué sucede cuando no podemos dejar de fumar?

No poder dejar de fumar se debe principalmente a que se ha generado tolerancia y dependencia hacia la sustancia. Por un lado, la tolerancia es causa del uso continuo y prolongado de una sustancia, que provoca en el fumador la necesidad de aumentar la dosis para poder obtener los resultados buscados. Por otra parte, la dependencia puede ser física, psicológica, o ambas. Se considera que se genera dependencia psicológica cuando la sustancia, en este caso el cigarrillo, produce en la persona una sensación de satisfacción que la lleva a consumir continuamente para experimentar placer o evitar un malestar como ansiedad, estrés, nerviosismo, etc. 

En cuanto a la dependencia física, es el estado de equilibrio entre el organismo y la sustancia, llegado un punto el cuerpo necesita del tabaco para poder funcionar normalmente, entonces cuando se interrumpe o se disminuye su consumo aparecen intensos síntomas físicos y psicológicos. Estos síntomas constituyen el síndrome de abstinencia. Físicamente el cuerpo reacciona a la ausencia de la nicotina, y psicológicamente, implica abandonar un hábito que para nuestro cerebro genera placer y sensación de bienestar, aunque en la realidad este hábito sea muy dañino para nuestra salud. El abandono de un hábito requiere un cambio brusco en la conducta, que generalmente es muy difícil de sobrellevar, si se ha generado dependencia a la sustancia.

El síndrome de abstinencia provocado por la interrupción o disminución del consumo de nicotina puede surgir luego de fumar tabaco diariamente durante varias semanas. Los síntomas más frecuentes suelen ser: 

-Necesidad intensa de fumar 
-Ansiedad, inquietud, impaciencia 
-Irritabilidad, frustración, ira  
-Problemas para conciliar el sueño y/o mantenerlo: insomnio, pesadillas
-Dificultades para concentrarse
-A nivel físico, aparece una disminución de la frecuencia cardíaca, aumento del apetito y/o del peso corporal.
-Tos, boca seca, dolor de garganta, goteo nasal

El conjunto de síntomas físicos y psicológicos - emocionales, hace que la gran mayoría de los fumadores no puedan salir del círculo vicioso por sí mismos, y es necesario que busquen ayuda tanto profesional como puede ser un psicólogo o contención en sus círculos más cercanos, como familiares y amigos. 

6 Recomendaciones para dejar de fumar

1.Reemplaza la nicotina.

Hoy en día existen diversas alternativas a  la nicotina, para “engañar” al cerebro. Pueden ser parches, goma de mascar, pastillas de nicotina de venta libre, o medicamentos que se venden bajo receta médica. Lo ideal es que siempre puedas consultar con tu médico de cabecera y evaluar la mejor opción para tu caso. 

2. Evita los factores desencadenantes.

Las situaciones y/o los lugares en los que fumabas o consumías tabaco con más frecuencia como fiestas, bares o reuniones sociales, y situaciones estresantes o que te generan ansiedad funcionan como factores desencadenantes de la necesidad de fumar. Intenta identificar cuáles son aquellas situaciones y piensa en una alternativa para evitarlas o enfrentarte a ellas sin terminar consumiendo tabaco.

3. Realiza actividad física.

La actividad física es fundamental, ya que puede distraerte del deseo de fumar o reducir la intensidad de este. Otras actividades alternativas son hacer tareas domésticas que despejen tu mente como limpiar, cocinar, ordenar. La escritura terapéutica también puede ayudarte a ordenar tus pensamientos y sentimientos y calmar los niveles de ansiedad. 

4. Practica técnicas de relajación.

Evitar la necesidad de fumar hará que sientas mucho estrés, para esto intenta poner en práctica técnicas de relajación, como ejercicios de respiración, relajar los músculos, hacer yoga, escuchar música relajante, u otra técnica que te resulte más cómoda y placentera.

5. Repasa los beneficios.

Escribe o enumera en voz alta los motivos por los que quieres abandonar el hábito de fumar y cuáles serían los beneficios de hacerlo. Podrían aparecer aspectos como sentirte mejor y contribuir a mejorar tu salud, aprender formas adaptativas de lidiar con la ansiedad y el estrés, ahorrar dinero, entre otras.

6. Busca ayuda profesional.

Como mencionamos anteriormente, la mayoría de los fumadores intentan romper con el hábito varias veces, antes de lograr una abstinencia estable y a largo plazo. Es más probable que lo logres con el acompañamiento adecuado. Un tratamiento médico y psicológico acorde a tu caso te permitirá transitar el proceso de la forma más amena posible y con mayor contención para lograrlo. 

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