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Apego ansioso: por qué amamos como aprendimos a sobrevivir

Pensar de más un mensaje.
Sentir inquietud cuando el otro se aleja.
Necesitar confirmaciones constantes para poder estar en calma.

Cuando estas reacciones se repiten, no tienen que ver con ser “demasiado” ni con falta de control.

En muchos casos, están vinculadas al apego ansioso: una forma de relacionarse donde el miedo a perder al otro ocupa un lugar central.

A veces no buscás empezar terapia todavía. Solo querés entender qué te pasa, por qué reaccionás así y si tiene sentido lo que sentís.

¿Qué es el apego ansioso?

El apego ansioso es uno de los estilos de apego descriptos por la teoría del apego, desarrollada por John Bowlby.
Se forma, en general, en vínculos tempranos donde el afecto fue impredecible: a veces estaba, a veces no.

El resultado es un sistema emocional que vive en alerta constante, buscando cercanía y señales de seguridad para calmarse.

No es una etiqueta ni un diagnóstico. Es una manera aprendida de vincularse.

El proceso suele ser parecido:

La mente se anticipa a escenarios de abandono.
Los silencios se viven como amenaza.
La distancia genera angustia.
La tranquilidad depende mucho de la respuesta del otro.

Esto no significa que el vínculo sea malo, sino que la ansiedad toma el control.

¿En qué situaciones suele aparecer con más fuerza?

En relaciones afectivas importantes.
Cuando hay ambigüedad o señales poco claras.
Después de experiencias de rechazo o pérdida.
Cuando la autoestima depende del vínculo.
Cuando cuesta tolerar la espera o la incertidumbre.

El apego ansioso no habla de debilidad, sino de una necesidad emocional no resuelta.

¿Qué implica trabajar el apego ansioso?

Entender el apego ansioso no lo elimina de inmediato, pero cambia algo clave: deja de ser un problema sin nombre.

El trabajo terapéutico permite:
Reconocer los disparadores de la ansiedad.
Diferenciar lo que sentís de lo que realmente está pasando.
Fortalecer la seguridad interna.
Construir vínculos más estables y menos reactivos.

No se trata de dejar de necesitar al otro, sino de dejar de vivir desde el miedo constante a perderlo.

Un espacio para empezar a entenderte:

Hablar de apego ansioso puede ser el primer paso para salir del automático y empezar a mirarte con más claridad.

Si sentís que este patrón se repite en tus relaciones, acompañarte en ese proceso puede marcar una diferencia real.

Estamos para ayudarte a entender qué te pasa y cómo empezar a trabajarlo, a tu ritmo.

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Entender también es una forma de cuidarte.

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